SI LO VEN, LO CREEN

 

SI LO VEN, LO CREEN 

La publicidad es una excelente herramienta para aumentar ventas y dar un producto/servicio/lanzamiento a conocer. Indiscutiblemente es un canal necesario para las empresas y, aunque se presta a muchas confusiones particularmente en la industria alimenticia y productos milagrosos, considero que la forma de publicidad que más confunde, impacta negativamente y que debieran de estar controlados sus alcances, es la publicidad dirigida a los pequeños que tenemos en la casa. ¿Sabías que está prohibida en muchos países primer mundistas, y también en nuestro país México? Pero dicha prohibición NO está regulada. Quien la debiera castigar muchas veces toma el rol de juez y parte, y esto no permite avanzar en la lucha contra la obesidad infantil. Espero que los publicistas no lo tomen personal.

No digo que la televisión esté prohibida y que los niños jamás disfruten de una caricatura. Digo que podemos controlar lo que ven y ahora más que nunca tenemos acceso a canales sin comerciales, incluso videos descargables en dispositivos/computadoras, y a rentar/comprar películas directo de medios que su modelo de negocio no es obtener ingresos mediante publicidad. Esas son
las mejores opciones en las que puedo pensar, y las que yo utilizo en mi casa.

No es exageración, pero los hechos comprobados mediante estudios muy profundos y profesionales arrojan que:

-A los 18 meses los niños empiezan a reconocer los logotipos y a los 3 años son un apoyo para expresar su identidad. (“Born to buy” de Juliet B. Schor)

-Los niños son el principal objetivo de la publicidad actual, por un lado, se los muestra como grandes consumidores y por otra, como mediadores o motivadores para que los padres tomen decisiones de compra.

-Alrededor de un 40% de la publicidad dirigida a niños son de alimentos.

– México está en los primeros lugares de horas de publicidad de alimento chatarra en horario televisivo para niños.

-Los niños han sido considerados como el público más indefenso ante la persuasión publicitaria, sobre todo, por su ingenuidad.

Diversos organismos internacionales y nacionales reconocen que los niños son muy vulnerables a la publicidad, no entienden el sentido persuasivo de la misma y también son muy vulnerables a las estrategias de engaño y manipulación que asocian el consumo del producto con un regalo, hazaña física o un personaje popular.

Es decir, cuando tu estás viendo un comercial (justamente de estos que estoy hablando dirigidos para niños) y te dice que un conejo sale de una caja, tu tienes juicio crítico para saber que no sale ningún conejo (y que bueno que no sale). Tu crees que el niño piensa como tú. Pero no es así. El niño cree en el conejo como cree ciegamente en Santa Claus. Y aún cuando sea más grande y sepa que realmente el conejo no es su amigo ni saldrá de la caja jamás, ya es un consumidor cautivo.

La publicidad es el gancho.

La cajita contenta, el conejo, el chavito fuerte por comer cereal (que no contiene un cereal realmente) y todas estos productos altamente procesados que no nutren, sino todo lo contrario, están bombardeando constantemente el cerebrito de los niños, con una única intención; que compren hoy y que persuadan a los adultos a consumir para así ellos aumentar sus utilidades.

Entonces, si les quitamos del alcance los productos de
limpieza por que no tienen pensamiento crítico para decidir si
hacen daño o no ¿por qué los dejaríamos ver mercadotecnia cuando sabemos que no cuentan con ese juicio
crítico necesario para decidir?

La recomendación es fomentar las películas y programas sin
anuncios para que disfruten de sus programas sin llenar su cerebrito de información innecesaria.

BUEN DÍA 

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